Me emocioné . El tango que estrenó Tita Merello, inmortalizó Carlos Gardel y estaba dedicado al gran jockey del siglo XXPor Mauro Apicella
Entre tantos apodos que tuvo el jockey Irineo Leguisamo, hubo uno que se impuso y otro que no le gustaba, pero afortunadamente solo una persona lo llamaba así. Pulpo fue el apodo más popular, porque cuando estaba arriba de un caballo “parecía que tenía ocho manos”. “Mono” era el otro; sólo lo llamaba así Carlos Gardel. El aprecio mutuo y la amistad que forjaron fue, acaso, un gran privilegio que solo Leguisamo y Gardel pudieron ostentar. Mas que un jockey de hipódromos, Leguisamo fue un artista, de las gateras al “disco triunfal”. Cuentan los que saben de este metier que su magia estaba en sus muñecas. Corrió durante casi medio siglo, en hipódromos del Uruguay, su país de origen; Argentina, Chile, Perú, Venezuela, Panamá, Ecuador, Colombia, Brasil y México. Unas trescientas carreras ganó en el hipódromo uruguayo de Maroñas y en los argentinos de Palermo y San Isidro, más de 3200. Participó en 495 clásicos del turf y fue considerado el jockey más importante del Río de la Plata.